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La vida y la muerte de la monja de Portugal / Antonio Mira de Amescua.

Por: Series E-libro | Linkgua TeatroEditor: Barcelona : www.linkgua-digital.com, 2019Descripción: 1 recurso en línea (91 páginas)Tipo de contenido:
  • texto
Tipo de medio:
  • computadora
Tipo de soporte:
  • recurso en línea
ISBN:
  • 9788498975796
Tema(s): Género/Forma: Clasificación CDD:
  • 862.308 23
Clasificación LoC:
  • PQ6218 .M573 2019
Recursos en línea: Resumen: En su Historia de los heterodoxos españoles, Marcelino Menéndez y Pelayo cuenta la vida y la muerte de la monja de Portugal: Por los años de 1586 gozaba fama grande de santidad en Lisboa sor María de la Visitación, priora del convento de la Anunziada (1981). Tenía largos éxtasis, decía haber recibido especiales favores de la divinidad y mostraba, en pies, manos y costado, siete llagas o marcas rojas, que todos los viernes se abrían y manaban sangre; las cuales llagas le había impreso con rayos de fuego Cristo crucificado. Todos los jueves, al Ave María, sentía en su cabeza los dolores de la corona de espinas. Veíanse en torno de la dicha monja extraños resplandores y claridades. A veces, como arrebatada por sobrenatural poder, se levantaba del suelo durante la oración y quedaba suspensa en el aire. Y otras cien maravillas a este tenor. No era alumbrada, sino embustera; las llagas eran simuladas, y la santidad fingida; pero casi todos le dieron crédito.
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En su Historia de los heterodoxos españoles, Marcelino Menéndez y Pelayo cuenta la vida y la muerte de la monja de Portugal: Por los años de 1586 gozaba fama grande de santidad en Lisboa sor María de la Visitación, priora del convento de la Anunziada (1981). Tenía largos éxtasis, decía haber recibido especiales favores de la divinidad y mostraba, en pies, manos y costado, siete llagas o marcas rojas, que todos los viernes se abrían y manaban sangre; las cuales llagas le había impreso con rayos de fuego Cristo crucificado. Todos los jueves, al Ave María, sentía en su cabeza los dolores de la corona de espinas. Veíanse en torno de la dicha monja extraños resplandores y claridades. A veces, como arrebatada por sobrenatural poder, se levantaba del suelo durante la oración y quedaba suspensa en el aire. Y otras cien maravillas a este tenor. No era alumbrada, sino embustera; las llagas eran simuladas, y la santidad fingida; pero casi todos le dieron crédito.

Descripción basada en metadatos suministrados por el editor y otras fuentes.

Recurso electrónico. Santa Fe, Arg.: elibro, 2021. Disponible vía World Wide Web. El acceso puede estar limitado para las bibliotecas afiliadas a elibro.